El colágeno es una proteína muy abundante en nuestro cuerpo pues forma parte de la estructura de la piel, así como de cartílagos, músculos, tendones, ligamentos y huesos. La mayor parte de nuestra piel está formada por colágeno, alcanzando un 90% en la dermis.
En la dermis, el colágeno está formado por fibras entrelazadas helicoidalmente de tres en tres. Debido a la forma que adoptan estas fibras de colágeno en la dermis, actúa como un colchón sobre el que descansa la epidermis, dando volumen y firmeza a nuestra piel.
A partir de los 25 años la piel empieza a perder colágeno a razón de un 1,5% cada año, con lo que empieza el proceso de envejecimiento de la piel, y la aparición paulatina de señales visibles como las arrugas. Sin embargo, este proceso puede (si no detenerse, sí al menos) retrasarse, con una aportación extra de colágeno.
Existen diferentes tratamientos cuya finalidad es restituir el colágeno con lo que la piel recupera su volumen y firmeza, y, como resultado, desaparecen las arrugas.
Un procedimiento en auge últimamente consiste en inyectar subcutáneamente el colágeno rellenando las arrugas del rostro. Este procedimiento produce unos resultados instantáneos y sorprendentes, aunque los efectos no son duraderos, por lo que resulta un procedimiento caro, y que ha de repetirse regularmente.
Las mascarillas de colágeno puro también resultan eficaces así como las cápsulas de colágeno tomadas oralmente, aunque el efecto nos es inmediato, si contribuyen a hacer mas lenta la pérdida de colágeno en la piel.
Una forma mas natural de restituir el colágeno lo podemos conseguir mediante un cuidado correcto de nuestra piel y una alimentación sana.
Para un cuidado correcto de nuestra piel son esenciales estos cuatro procesos:
EXFOLIAR. Utilizando un gel exfoliante, mascarilla o peeling, eliminaremos las células muertas y demás impurezas facilitando enormemente la absorción de los tratamientos posteriores.
LIMPIAR Y TONIFICAR. Una crema limpiadora o tónico facial dejará nuestra piel relajada y lista para su posterior hidratación.
HIDRATAR. La hidratación es fundamental para la salud y la belleza de la piel. Mantener un nivel óptimo de hidratación y evitar la piel seca se puede conseguir con la aplicación diaria de una buena crema hidratante.
NUTRIR. El uso de una crema nutritiva o regeneradora aportará los nutrientes que nuestra piel necesita. Algunas cremas regeneradoras contienen colágeno que es absorbido por los poros de la piel.
ALIMENTACION SANA. El objetivo de una alimentación sana es aportar nutrientes para que sea nuestro organismo el que estimule la fabricación de la proteína de colágeno y otras proteínas, minerales y vitaminas, necesarios para la salud de la piel. Entre los alimentos que facilitan la síntesis del colágeno están las frutas y verduras (especialmente los que contienen vitamina C), los cereales integrales y la gelatina.
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