El melón es
el fruto de la melonera, una planta anual y herbácea. Su origen no está bien
definido, algunos dice que es de Asia Central y otros que viene de África. Lo
cierto es que crece en climas cálidos y no muy húmedos, y necesita mucha luz.
Este fruto
nos aporta muchas vitaminas, hidrata el cuerpo y tiene un sabor dulce muy
refrescante que lo hace ideal para estos días de calor. Y como no, si está
compuesto en un 90% por agua y aporta muy pocas calorías.
Los
distintos tipos de melones tienen propiedades muy parecidas, una de las pocas
diferencias relevantes es que los melones naranjos aportan más betacarotenos
que los verdes.
Entre los
beneficios que le entrega a nuestro organismo están:
1. Aporta vitamina A, lo que nos ayuda a evitar la
sequedad en las mucosas y en la piel.
2. Aporta vitamina E, un poderoso antioxidante que
previene el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
3. Es muy diurético y actúa como un
laxante suave, por lo que
elimina toxinas y ayuda a neutralizar la acidez.
4. Previene manchas en la piel gracias a la eliminación de toxinas, ya que muchas de
las manchas se deben a la manifestación de toxinas que se encuentran dentro de
nuestro organismo.
5. Aporta fibra, potasio, calcio, ácido
fólico y zinc.
6. Previene la gota, la artritis y nivela el
colesterol alto.
Esta fruta
es tan efectiva desintoxicando el organismo que se ocupa para realizar curas.
Comiendo sólo melón durante 24 horas o desayunando melón durante una semana, se
puede limpiar el cuerpo, mejorar la apariencia y la salud de la piel y
disminuir los nervios.
El melón
también se usa mucho en tratamientos de belleza, ya que además de todos estos
beneficios internos, produce varios externos. Se usa en mascarillas, cremas o
simplemente aplicándolo machado y directamente sobre la piel por unos 15
minutos. Deja la piel hidratada, suave y tonificada, y ayuda a prevenir las arrugas.
Para elegir
un melón hay que fijarse en que no tenga manchas, cortes o golpes en la
cáscara. También es importante que tenga un olor dulce y notorio, esto nos dirá
que está bien maduro. Y si tienes que escoger entre varios, llévate el más
pesado, porque generalmente los de cáscara gruesa tienen mejor sabor.
Guárdalo en
el refrigerador para que dure unas dos semanas, y cuando lo hayas cortado
envuélvelo o mételo en un pote para que no pierda sus propiedades.
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